<<Biblioteca Digital del Portal<<INTERAMER<<Serie Educativa<<Desarrollo Sostenible en América Latina: La Sinergía entre el Financiamento y las Políticas<<Por qué América Latina debe participar en el comercio mundial de las emisiones de carbono: Los derechos comerciables como fuente de financiamiento para un desarrollo sostenible
Colección: INTERAMER
Número: 69
Año: 2000
Autor: Ramón López and Juan Carlos Jordán, Editores
Título: Desarrollo Sostenible en América Latina: La Sinergía entre el Financiamento y las Políticas
Posibles beneficios del comercio de permisos de emisión de carbono
Beneficios del comercio de permisos de emisión de carbono: Un marco conceptual
En esta sección se ofrece un cálculo estimativo de los posibles beneficios
del comercio de permisos de emisión de carbono entre los países tropicales
de Sudamérica y “el resto del mundo”.
En la Figura 1 se ilustra esta idea. El eje horizontal mide la superficie
forestada restante antes de lograrse un acuerdo, la línea F-barra representa
la superficie de tierra originalmente cubierta de bosques, o la superficie
forestada máxima, en tanto que el eje vertical mide el valor (de renta)
de la tierra forestada. La curva NN representa el producto del valor marginal
neto de los distintos usos de la tierra forestada (agricultura, explotación
maderera, etc.). La curva DW indica el producto de valor marginal de los
bosques tropicales en pie para el mundo en su conjunto y DL indica el valor
marginal de los bosques en pie para los países donde se encuentran ubicados.
La curva NN es ascendente, lo que refleja el creciente costo de oportunidad
que implica la conservación de una mayor superficie de bosques para el
país que los posee. Las curvas DW y DL, decrecientes, reflejan el creciente
costo de la deforestación para el mundo y para los países que poseen los
bosques, a medida que estos se agotan. La posición de la curva de demanda
DW depende de la disponibilidad de bosques en el resto del mundo; el análisis
está, por lo tanto, condicionado a un nivel fijo de forestación fuera de
América Latina.
FIGURA 1
La curva DL incluye todos los beneficios que comportan los bosques en pie
para los países que los poseen, incluyendo la protección contra deslizamientos
de tierra, inundaciones y deterioro de suelos, así como su valoración por
capacidad de protección de la biodiversidad y secuestro de carbono. La
curva DW es la suma de DL más los beneficios para el resto del mundo que
aportan los bosques en pie (fundamentalmente vinculados a la contención
de los cambios climáticos mundiales y el valor en reservas biológicas).
Esta es una curva convexa que refleja el hecho de que el valor marginal
de los bosques en pie aumenta muy rápidamente a medida que disminuye la
reserva forestal.
El bienestar del mundo en su conjunto se maximizaría en el punto C, donde
las reservas forestales son FW y su valor marginal es PW. Por contraste,
el bienestar de los países dueños de los bosques se maximiza en el punto
E, a un nivel de forestación de sólo FL y un valor de renta de la tierra
forestada de sólo PL. La deforestación lleva tiempo y requiere inversiones,
por lo cual los países propietarios quizás no estén aún en condiciones
de maximizar el bienestar. El supuesto es que el nivel existente actual
de bosques se encuentra entre FL y FW, como probablemente ocurre en la
mayor parte de los países tropicales de Sudamérica donde aún existe una
gran superficie cubierta por bosques. Si el mundo no compensa a los “propietarios”
de los bosques, la deforestación continuará por lo menos al nivel FL, con
grandes pérdidas para el mundo (en realidad, podría ir más allá de FL si
no se internalizan las externalidades nacionales). Si la pérdida de bosques
naturales es más o menos irreversible (pérdidas de biodiversidad, por ejemplo,
probablemente son irreversibles), lo mejor que puede hacer el mundo es
minimizar aún más las pérdidas deteniendo la deforestación al nivel FL0.
El mundo puede, en principio, compensar fácilmente a los países propietarios
por detener una mayor deforestación, dado que los beneficios marginales
para el mundo son Pmax y el costo de oportunidad marginal para los países
propietarios de los bosques es sólo Pmin. La compensación real en el margen
se ubicará entre estos dos precios, de acuerdo con la capacidad negociadora
de los países dueños de los bosques frente al resto del mundo. Dado que
los países dueños de los bosques también obtienen beneficios de los bosques
en pie (representados por la curva DL), el resto del mundo sólo tendría
que pagar BH como mínimo y AH como máximo. En efecto, la compensación total
mínima para detener la deforestación en F0 sería la superficie EBH y la
máxima compensación total posible sería la superficie IEHA. Lo importante
es que, inclusive si el resto del mundo pagara el precio marginal Pmax
por ha por todo el excedente (potencial) de deforestación (F0 – FL), este
aún percibiría un beneficio neto de IMA.
Una superficie forestada que se ubique entre el óptimo mundial y el óptimo
para cada país, como la que indica el punto FL0 de la Figura 1, probablemente
describa la situación que prevalece en la mayor parte de la región tropical
de Sudamérica. La situación de Centroamérica y México quizá se aproxime
más a un punto como el FL0, es decir, donde las superficies forestadas
actuales están inclusive por debajo del óptimo de cada país. Esta distinción
es importante puesto que la cooperación internacional en forma de asistencia
técnica, asesoramiento en materia de política y proyectos en condiciones
concesionarias para reducir la deforestación (que son las formas más comunes
de participación internacional) seguramente sean más eficaces y cuenten
con una verdadera cooperación de los gobiernos nacionales en los casos
ilustrados por FC0, y no en los representados por FL0. En este último caso,
los gobiernos difícilmente cooperarían y muchas de las iniciativas internacionales
se desaprovecharían.
A falta de un programa de acción y de compensación de vasto alcance, destinado
a reducir o eliminar la deforestación, muy probablemente los proyectos
esporádicos internacionalmente financiados para proteger lugares específicos
serán poco eficaces, aunque los proyectos mismos tengan éxito. Ello se
debe a que, si los países no se comprometen a reducir la deforestación,
lo único que consiguen estos proyectos es trasladar de lugar la deforestación.
Es decir que un gobierno puede acordar recibir ayuda para proteger un lugar
específico, pero si no existe una prioridad nacional real de reducir la
deforestación en general, se permitiría la deforestación en otros lugares.
Existe por lo tanto cierto grado de sustitución o fungibilidad en la ubicación
geográfica de la deforestación.5
López (1996) utilizó este marco para cuantificar el valor para el mundo
de la conservación de 650 millones de ha de bosques tropicales de Sudamérica.
El cálculo más aproximado de los beneficios netos en secuestro de carbono
(suponiendo curvas de demanda y suministro mundiales elásticas por unidad)
asciende a US$713 mil millones. Esto, por supuesto, representa el valor
de inventario del bosque tropical en la región en términos de valor actual
neto, considerando sólo los beneficios de secuestro de carbono. Para que
el análisis sea más congruente con las negociaciones en el contexto del
calentamiento planetario, pasaremos a considerar el flujo anual de recursos
sobre la base de las tasas históricas de deforestación de la región.