<<Biblioteca Digital del Portal<<INTERAMER<<Serie Educativa<<Desarrollo Sostenible en América Latina: La Sinergía entre el Financiamento y las Políticas<<El Financiamiento de la conservación de la biodiversidad en América Latina
Colección: INTERAMER
Número: 69
Año: 2000
Autor: Ramón López y Juan Carlos Jordán, Editores
Título: Desarrollo Sostenible en América Latina: La Sinergía entre el Financiamento y las Políticas
Fondos ambientales
Los fondos ambientales, públicos y privados, han surgido como un instrumento
promisorio de inversiones ambientales. La mayoría de los fondos públicos
usa la financiación en carácter de donación, por haber sido creados para
apoyar proyectos que generan, principalmente, beneficios públicos. Recientemente
algunos fondos públicos han adoptado mecanismos de recuperación de costos
o de crédito directo, bajo el supuesto que las inversiones que financian
también generan un margen considerable de bienes privados. Además, se han
establecido fondos privados (fondos para empresas ambientales) con objeto
de promover oportunidades comerciales en relación con recursos ambientales
y naturales. De los fondos públicos, se han establecido unos 17 a partir
de 1990 y otros 15 se han propuesto o se encuentran en el proceso de formación.
Si bien hasta cierto punto sus estructuras y propósitos varían, en general
los fondos ambientales son fundaciones independientes, normalmente gobernadas
por juntas directivas mixtas público – privadas, que administran fondos
para inversión en capital cuyo rendimiento (y, a menudo, una parte del
principal) apoya proyectos ambientales y sostenibles. Los ejecutores de
estos proyectos pueden ser entidades del gobierno, organizaciones del sector
privado y no gubernamentales, o asociaciones de ambas. El Anexo 1 examina
las ventajas y limitaciones de los fondos ambientales.
Hasta la fecha, las principales contribuciones de capital para fondos ambientales
públicos han tenido origen en pagos de los gobiernos resultantes de acuerdos
bilaterales para la reducción de la deuda, de organismos bilaterales y
multilaterales de ayuda (en particular, el FMAM, Canadá, Suiza, Países
Bajos Alemania y Estados Unidos) y de canjes de deuda por naturaleza (véase
la sección 3, arriba). Sin embargo, algunos fondos ambientales han sido
capitalizados mediante préstamos como los provistos por el BID. El Banco
ha financiado el establecimiento de fondos públicos ambientales en Brasil
y Colombia. Después de una ejecución exitosa del fondo de Brasil se autorizó
financiamiento adicional del BID para una segunda fase en 1998. El Banco
actualmente considera también un préstamo para un fondo similar de Argentina.
Además, hay varios fondos ambientales empresariales que, mediante inversiones
de capital y asistencia técnica, exploran el caudal creciente de oportunidades
comerciales en el campo del manejo sostenible de los recursos naturales.
Los fondos de inversión pueden constituir una forma eficiente de canalización
de recursos y respaldo al desarrollo de proyectos, que apoyen a pequeñas
empresas dirigidas hacia un mercado novedoso, sustentando al mismo tiempo
los esfuerzos emprendidos por entidades no gubernamentales para poner término
a su dependencia de las subvenciones, creando actividades lucrativas. Durante
los dos años pasados, el BID ha prestado apoyo a cuatro empresas de capital
de riesgo orientadas al medio ambiente, por intermedio del Fondo Multilateral
de Inversiones (FOMIN).
Un caso interesante de ayuda a empresas basadas en la diversidad biológica
es la creación del Fondo Terra Capital, establecido con financiación, en
parte, del FMAM, CFI y FOMIN. Inicialmente el fondo invertirá en proyectos
de conservación y manejo forestal, agricultura sostenible, y ecoturismo
en América Latina (NC-IUCN y TransGlobal, 1998). Es posible que inversionistas
privados, locales e internacionales, también aporten recursos al fondo.
La conservación de la biodiversidad es el tema central en los objetivos
del fondo; por lo tanto, se contempla el establecimiento de un consejo
asesor sobre la biodiversidad para vigilar la calidad de los proyectos
a ser financiados por el fondo.
Los fondos ambientales establecidos en los países industrializados también
pueden financiar proyectos en América Latina. Un ejemplo de esto potencialmente
replicable, son los Fondos Verdes holandeses, exonerados del pago de impuestos,
que movilizan recursos financieros privados para inversiones a largo plazo,
con tasas de interés reducidas, en proyectos ambientales, incluidos los
que guarden relación con la biodiversidad. Hasta hace poco, la financiación
de esos fondos estaba vinculada con proyectos en los Países Bajos, pero
ahora también pueden proporcionar recursos para proyectos en países en
vías de desarrollo, incluidos aquellos de América Latina.