<<Biblioteca Digital del Portal<<INTERAMER<<Serie Cultural<<El Río de los Sueños: Aproximaciones Críticas a la Obra de Ana María Shua<<La lección de anatomía: Narración de los cuerpos en la obra de Ana María Shua
Colección: INTERAMER
Número: 70
Año: 2001
Autor: Rhonda Dahl Buchanan, Editora
Título: El río de los sueños: Aproximaciones críticas a la obra de Ana María Shua
La foto médica
Una cita del comienzo de La muerte como efecto secundario, cuarta
novela de Ana María Shua, condensa sentidos constantes en su obra. Se trata
de la descripción de una foto médica (radiografía, resonancia magnética u
otra técnica más avanzada, dado que la novela transcurre en un futuro próximo)
donde confluyen el cuerpo, la imagen, el espectáculo, el sexo femenino y la
monstruosidad, en una malla compleja y muy rica en connotaciones:
Era una foto obscena, de intención claramente pornográfica: ninguna insinuación,
ningún intento de expresión artística, la máxima crudeza. Había sido tomada
mediante una pequeña cámara al extremo de un tubo largo y flexible, en una
rectoscopía. Mostraba una mucosa rosada y húmeda que parecía el interior deforme,
impensable, de un sexo de mujer. El tumor era negro, con los bordes deshilachados.
No había transición, no había un oscurecimiento progresivo que llevara a ese
abrupto cambio de color. Al contrario, un reborde violentamente rojo, como
el que podría haber hecho un chico con un marcador para separar claramente
la figura del fondo, delineaba sus límites—se hacía necesario recordar que
esa enérgica frontera no servía para detener su avance— y era el único elemento
en la fotografía que hacía pensar en el dolor.
Prendí el televisor para sumergirme en un mundo brillante que transformara
la imagen fija en mi retina en un baile de luces y sombras. Ésa es la teoría:
un clavo saca otro clavo, una imagen se borra con otra imagen, una mujer se
olvida con otra mujer. (10)
Ésa es la teoría, y resulta, porque esa imagen inicial que abre la novela
se transforma “en un baile de luces y sombras” que se proyectan sobre la totalidad
del libro. Como los peces abiertos en “Los días de pesca,” los cuerpos violados,
penetrados por la tecnología, el espectáculo, el negocio médico, la violencia
y el dolor, los cuerpos que intentan cubrir con maquillajes, disfraces y simulacros
la obscenidad, el pornográfico espectáculo de su decadencia, protagonizan
La muerte como efecto secundario. Su exhibición espectacular retoma
la de otros cuerpos en otras obras de Shua. Podemos leer dos niveles diferentes
de exhibición de los cuerpos: a) el nivel de la escritura y b) el nivel de
los hechos representados, donde el espectáculo se produce desde ejes diferentes
que sin embargo se entrecruzan todo el tiempo. Arriesgamos, en principio,
tres ejes: el del deseo y el placer, el de la mercancía y el del sometimiento.