<<Biblioteca Digital del Portal<<INTERAMER<<Serie Cultural<<El Río de los Sueños: Aproximaciones Críticas a la Obra de Ana María Shua<<Tradición y reescritura: La construcción de una identidad judía en algunos textos de Ana María Shua
Colección: INTERAMER
Número: 70
Año: 2001
Autor: Rhonda Dahl Buchanan, Editora
Título: El río de los sueños: Aproximaciones críticas a la obra de Ana María Shua
¿Quién es yo?
La reflexión sobre uno mismo, la búsqueda de lo que esconde el primero
de los pronombres personales, la clave para la comprensión del mundo de
los otros: ¿quién es yo? La única respuesta posible para esta pregunta
es la construcción de una identidad propia: yo soy... Antes que cualquier
rasgo físico, de personalidad, de procedencia, de ocupación, de creencia,
de convicción, la identidad tiene estatuto discursivo. Yo soy... En el
instante de la respuesta, cada sujeto inventa el predicado que sigue al
verbo copulativo. La identidad es siempre, necesariamente, un invento,
una compleja operación constructiva, incluso cuando se acepta (críticamente
o no) la identidad heredada. En este sentido, me propongo analizar el proceso
de construcción de una identidad judía particular en el interior de algunos
textos de Ana María Shua.
Lo primero que se desprende de una rápida recorrida por la lista de libros
publicados por Shua es que la suya es una obra descentrada; o mejor, una
obra con muchos centros temáticos y genéricos. Quiero decir, de ninguna
manera se puede afirmar que la construcción de una cierta concepción de
judaísmo sea un elemento programático en esta textualidad; sin embargo,
me parece que el peso que tiene allí lo judío (por llamar de alguna manera
a este núcleo de sentidos, que no es solamente un objeto representado)
es innegable. En este sentido, este trabajo no pretende recortar una definición
para la literatura judía o desarrollar la lista de cualidades que determinan
el carácter judío de un texto o de una literatura. Sobre este punto existe
una extensísima bibliografía que no logra ponerse de acuerdo sobre si lo
que define el estatuto judío de un cuento o novela es la identidad judía
del autor, los temas judíos tratados o una mirada específicamente judía
sobre el mundo.1 Tengo la certeza, en cambio, de que la obra de Ana María
Shua, como pocas otras configuraciones textuales en la literatura argentina
contemporánea,2 construye, a través de una serie de complejas operaciones,
una identidad judía particular, un modo alternativo e interesante de apropiarse
de un rasgo heredado. No se trata de analizar el proceso de constitución
de la identidad judía de Ana María Shua, sino el proceso de construcción
de una identidad judía en los textos de Ana María Shua.
En la historia de la literatura argentina, lo judío ingresa como objeto
de representación, en términos de capital étnico-cultural capaz de integrarse
al espacio criollo local (Alberto Gerchunoff y César Tiempo), como núcleo
de tensión generacional y respecto del medio (Germán Ronzemacher) o, en
el extremo opuesto desde una perspectiva antisemita, como la otredad indeseable
(Julián Martel, Manuel Gálvez y Hugo Wast). Sólo a partir de la década
del 70, a través de los caminos insinuados por los poemas de César Tiempo
y los cuentos y obras de teatro de Germán Rozenmacher, comenzaron a publicarse
libros en los que lo judío hace su aparición de manera más compleja y elaborada,
en el nivel de la enunciación, como intentos de reelaboración de materiales
propios de la cultura judía, desde una experiencia literaria y vital eminentemente
argentina. En este sentido me interesa leer en la obra de Shua la construcción
de una identidad judía particular operada a partir del concepto de reescritura.
En efecto, en los textos de Ana María Shua lo judío—diferentes niveles
y articulaciones de la tradición judía— solamente irrumpe de manera mediatizada,
es decir como una construcción de segundo grado. El resultado es una identidad
que se inscribe en el interior de lo judío apropiándose, reescribiendo
tres espacios tradicionales seleccionados como significativos para la definición
de esta construcción: el nombre propio, la cotidianeidad textualizada de
dos momentos históricos diferentes de la vida judía y, por último, ciertas
reelaboraciones literarias de la tradición cabalística.
No me interesa el uso habitual del concepto de reescritura. Convencionalmente,
la rescritura—a diferencia de la reescritura—supone volver a escribir aquello
que ya está escrito (suponga o no una corrección o desviación respecto
del original o no). Es decir que la rescritura supondría siempre una segunda
instancia, subsidiaria de esa escritura primera, sin peso propio, a partir
de esto dos reflexiones. En primer lugar, la estilización, la densidad
y el espesor de la reescritura en la textualidad Shua, le otorgan autonomía
respecto del texto fuente, la convierten en un artefacto que, en su originalidad,
en sus desviaciones, al mismo tiempo rompe y acentúa los lazos que la vinculan
con la primera escritura. Por otro lado, la idea de reescritura acentúa
el carácter de constructo de la identidad, ya que ésta es solamente el
resultado de una operación particular de selección, recorte y reelaboración,
respecto del corpus monolítico de la Tradición Judía. La identidad es en
Shua la modalidad y articulación específica de la reescritura de esa materia
tradicional seleccionada.
Por último, muchos críticos como Darrell B. Lockhart, leen la aparición
de lo judío en estos y otros textos de la literatura latinoamericana contemporánea
como una reacción defensiva, ante la perspectiva de una pérdida de identidad
y como una intervención política tendiente a poder incorporarse al canon
cotinental desde su doble condición de judíos-latinoamericanos:
With the realization that as Jews they are granted at best second-class
citizenship within Luso- and Hispano-Catholic societies, these writers
[second-generation immigrant writers] no longer are concerned with not
offending those in power. Instead, they boldly assert their alterity and
they challenge hegemonic versions of Latin American cultural identity.
Third—and fourth— generation writers, almost exclusively secular and completely
assimilated, often seek a return to and recovery of Jewish identity by
salvaging the remnants of their ethnoreligious heritage through literature.
Many write texts based on family genealogy and history in an attempt to
preserve and/or restore cultural memory. (xxi-xxii)
Aunque acertado en la descripción de la relación de estos escritores con
la religión y la cultura judía, la idea de una escritura cuya función social
sea meramente la de “preservar” y “restaurar” la identidad, y “salvar los
restos de su herencia étnico-religiosa” del olvido resulta insuficiente
para abordar este tema. En todo caso, creo que sería más productivo leer
el trabajo sobre núcleos culturales judíos y laicos de escritores como
Shua, en términos de un posicionamiento más agresivo, digo, una actitud
menos defensiva y conservadora de la que les atribuye Lockhart. Creo que,
justamente, el concepto de reescritura permite leer las operaciones interiores
a estos textos como agresivos intentos por construir una identidad propia,
es decir, un abordaje crítico a esa “herencia étnico-religiosa,” con el
objetivo de responder la omnipresente pregunta ¿quién es yo?