29 de Abril de 2025
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Colección: INTERAMER
Número: 70
Año: 2001
Autor: Rhonda Dahl Buchanan, Editora
Título: El río de los sueños: Aproximaciones críticas a la obra de Ana María Shua

Función metalingüística

En las obras de Shua destinadas a los niños aparecen mensajes dominados por la función metalingüística en aquellos casos en que la narradora busca asegurarse que haya coincidencia entre la variedad lingüística que está empleando y la que supone que posee el niño lector. Así, cuando la narradora utiliza una frase o un elemento léxico que han perdido vigencia, o una palabra extranjera o extranjerizante, procura incluir sinónimos o explicaciones, a fin de evitar que entre los interlocutores se produzcan barreras debidas al código lingüístico: “había tenido la prudencia de llevar conmigo varios pares de medias enterizas (las can-can) que se habían empezado a usar hacía poco (“Ani en la cordillera de los Andes” 52).

En los cuentos y novelas para adultos, generalmente se asume que la narradora y sus lectores comparten el mismo código, pero en El marido argentino promedio se hacen algunas aclaraciones metalingüísticas. Por ejemplo se explican algunas siglas: “No se trata del HIV (el virus del SIDA) ni del HVP (el papiloma virus humano), sino del SVV: el Síndrome de la Vuelta de las Vacaciones” (35). En el pasaje anterior se logra, además, un efecto humorístico al colocar en el mismo plano dos siglas convencionales y una inventada.

Un tema vinculado a la función metalingüística que se reitera en la obra de Shua es el de la ambigüedad. En algunos pasajes se hacen aclaraciones, especialmente mediante el recurso de incluir, entre paréntesis o entre comas, la estructura profunda correspondiente a la estructura superficial ambigua: “Sergio describió entonces una noche de borrachera trágica en la que, después de tomarse entre los dos (Mario y él) una botella de ginebra, la había roto contra el piso y él, Sergio, se había cortado el pie” (Los amores de Laurita 51).

En algunos de los textos para adultos de Shua, el dominio del código se transforma en el elemento evocado de una metáfora: para el protagonista bebé de “Octavio el invasor,” la adquisición de la primera palabra señala el momento en que se vuelve definitivamente humano (109); y para la Laurita adolescente de Los amores de Laurita, su competencia en el Scrabble, el juego metalingüístico por excelencia, es símbolo de superioridad sobre el personaje masculino que la abandona y humilla en la relación erótica (161). A la inversa, en El libro de los recuerdos, la falta de dominio del código castellano por parte de la “babuela” es el síntoma de su integración incompleta al país de inmigración.

Independientemente de la comparación que he desarrollado, creo que lo más interesante de esta presencia de la función metalingüística en las obras para niños y para adultos, es la constatación de la gran conciencia del lenguaje de Shua, y de su capacidad para insertar en el relato sus reflexiones sobre la lengua y la literatura.