<<Biblioteca Digital del Portal<<INTERAMER<<Serie Cultural<<El Río de los Sueños: Aproximaciones Críticas a la Obra de Ana María Shua<<Entrevista con Ana María Shua: Rhonda Dahl Buchanan
Colección: INTERAMER
Número: 70
Año: 2001
Autor: Rhonda Dahl Buchanan, Editora
Título: El río de los sueños: Aproximaciones críticas a la obra de Ana María Shua
10. RB: La visión que presentas de la mujer embarazada es muy original.
¿Cómo fue recibida la novela?
AMS: En su momento generó cierta polémica. Mientras algunos comentarios elogiaron la calidad de la narración, muchos me acusaron de haber escrito deliberadamente un best-seller barato, usando el viejo truco publicitario del sexo para vender más. Y sin embargo, encontrar editorial para la novela me costó mucho. Yo había publicado Soy paciente con el primer premio de Losada y daba por descontado que iban a publicarme también Los amores de Laurita. Pero la asesora literaria de Losada se escandalizó cuando leyó la novela. El último capítulo, seguramente el más provocador, es un monólogo interior de una mujer embarazada de nueve meses que se masturba con el chorro del bidet. Entregué la novela un lunes y el martes la lectora de Losada me llamó cuatro veces hasta que me encontró. Me dijo que no publicara esa novela, que la hiciera desaparecer (me propuso quemarla) para que nunca cayera en manos de mis hijas. Mi marido no podría volver a levantar la cabeza y mi madre se sentiría avergonzada. La única intención de esa novela, según ella, era provocar escándalo, y sin duda sería un fracaso, apenas un escandalete del ambiente literario, ya que no tenía el menor valor artístico. Por suerte no le hice caso, y en cuanto me recuperé del chubasco, salí con mi carpeta bajo el brazo a buscar otra editorial.
AMS: En su momento generó cierta polémica. Mientras algunos comentarios elogiaron la calidad de la narración, muchos me acusaron de haber escrito deliberadamente un best-seller barato, usando el viejo truco publicitario del sexo para vender más. Y sin embargo, encontrar editorial para la novela me costó mucho. Yo había publicado Soy paciente con el primer premio de Losada y daba por descontado que iban a publicarme también Los amores de Laurita. Pero la asesora literaria de Losada se escandalizó cuando leyó la novela. El último capítulo, seguramente el más provocador, es un monólogo interior de una mujer embarazada de nueve meses que se masturba con el chorro del bidet. Entregué la novela un lunes y el martes la lectora de Losada me llamó cuatro veces hasta que me encontró. Me dijo que no publicara esa novela, que la hiciera desaparecer (me propuso quemarla) para que nunca cayera en manos de mis hijas. Mi marido no podría volver a levantar la cabeza y mi madre se sentiría avergonzada. La única intención de esa novela, según ella, era provocar escándalo, y sin duda sería un fracaso, apenas un escandalete del ambiente literario, ya que no tenía el menor valor artístico. Por suerte no le hice caso, y en cuanto me recuperé del chubasco, salí con mi carpeta bajo el brazo a buscar otra editorial.