<<Biblioteca Digital del Portal<<INTERAMER<<Serie Cultural<<El Río de los Sueños: Aproximaciones Críticas a la Obra de Ana María Shua<<Entrevista con Ana María Shua: Rhonda Dahl Buchanan
Colección: INTERAMER
Número: 70
Año: 2001
Autor: Rhonda Dahl Buchanan, Editora
Título: El río de los sueños: Aproximaciones críticas a la obra de Ana María Shua
22. RB: Algunos de tus libros para niños y jóvenes incorporan
la reelaboración de temas populares (cuentos, mitos, leyendas, personajes).
Eso sucede en Fábrica del terror (Buenos Aires: Sudamericana, 1990),
Cuentos judíos con fantasmas y demonios (Buenos Aires: Grupo Editorial
Shalom, 1994) y El tigre gente (Buenos Aires: Sudamericana, 1995). ¿Por
qué tanto interés en el cuento popular?
AMS: Simplemente porque los cuentos populares son los mejores cuentos del mundo. Tienen un excepcional grado de perfección que les ha permitido sobrevivir a través de muchos siglos y muchas culturas. Y contienen en sí la esencia misma de lo narrativo, un núcleo esencial que puede resistir mil versiones sin modificarse y sin perder su atractivo. Durante años estuve convencida, como cualquier escritor de mi generación, que lo más importante de un cuento era la forma en que se lo contaba. Y sin embargo, frente al cuento popular, tuve que admitir que había algo más, algo que todavía no soy capaz de definir teóricamente, pero que allí está, inmutable, en el cuento popular, que se puede contar de mil maneras y, sin embargo, subsiste, atrapa, sugiere, interesa. En los libros que mencionas trabajé de dos maneras: en algunos casos, me limité a escribir mi propia versión de un cuento popular. En otros, tomé los elementos de una leyenda o un tema popular y los usé para construir mi propia historia, un cuento de autor.
AMS: Simplemente porque los cuentos populares son los mejores cuentos del mundo. Tienen un excepcional grado de perfección que les ha permitido sobrevivir a través de muchos siglos y muchas culturas. Y contienen en sí la esencia misma de lo narrativo, un núcleo esencial que puede resistir mil versiones sin modificarse y sin perder su atractivo. Durante años estuve convencida, como cualquier escritor de mi generación, que lo más importante de un cuento era la forma en que se lo contaba. Y sin embargo, frente al cuento popular, tuve que admitir que había algo más, algo que todavía no soy capaz de definir teóricamente, pero que allí está, inmutable, en el cuento popular, que se puede contar de mil maneras y, sin embargo, subsiste, atrapa, sugiere, interesa. En los libros que mencionas trabajé de dos maneras: en algunos casos, me limité a escribir mi propia versión de un cuento popular. En otros, tomé los elementos de una leyenda o un tema popular y los usé para construir mi propia historia, un cuento de autor.