<<Biblioteca Digital del Portal<<INTERAMER<<Serie Educativa<<La Educación para el Trabajo en el MERCOSUR<<Reflexiones
Finales: Los Temas de Investigación y Políticas
Colección: INTERAMER
Número: 31
Año: 1994
Autor: María Antonia Gallart
Título: La Educación para el Trabajo en el MERCOSUR
I. Las temáticas comunes a los países del MERCOSUR
La extensión de la educación básica y general, cuyas características específicas exceden los límites de este trabajo, resulta condición necesaria pero no suficiente de esa educación para todos desde el punto de vista del trabajo, es importante entonces plantearse la especificidad de la educación para el trabajo. En este aspecto, hay tres temas que superando las especificidades de cada país merecen una reflexión particular: 1) la articulación y organización de la educación técnica y la formación profesional; 2) la relación entre organizaciones educativas, formales y paraformales, y el sector productivo; y 3) el último tema, que más que un tema es un interrogante, es cuál será la consecuencia de la integración del MERCOSUR para toda la problemática global aquí planteada, más allá del intercambio entre países y la adecuación de los sistemas de formación individuales.
En cuanto al primer tema, la superación del paralelismo y la superposición entre la educación técnica y la formación profesional es una exigencia para la mejor utilización de los recursos y una respuesta más adecuada a los desafíos. Tres condiciones aparecen como centrales para esa superación, la primera es el reconocimiento de una tarea común por encima de la competencia entre organizaciones y la necesaria adaptación de esas superestructuras a esa tarea. La segunda, se refiere a la necesidad de tomar conciencia de las limitaciones de la educación formal y de la educación no formal. En este sentido no se le puede pedir ni a un currículum formal que dura varios años que se modifique constantemente para adaptarse a los cambios del mercado de trabajo, como tampoco a la educación no formal que brinde una formación básica polivalente. La articulación entre formación científico-tecnológica en grandes áreas de conocimiento, con cursos modulares fácilmente reemplazables y cambiantes aparece como una solución posible. La tercera condición es la de aprovechar la experiencia pedagógica e institucional de las unidades de enseñanza existentes (escuelas técnicas y centros de formación), buscando su articulación y el mejor aprovechamiento del equipamiento y de los recursos humanos, así como también mejorando el apoyo técnico. La potenciación de estructuras locales y regionales que integren educación formal y no formal para el trabajo puede ser una manera de superar la rivalidad y superposición de las grandes organizaciones nacionales.
Respecto a la segunda gran temática, la articulación entre instituciones educativas formales y no formales y organizaciones productivas, la tradición latinoamericana muestra en general una relativa independencia en el desarrollo de ambos sistemas. Las circunstancias actuales exigen tanto para la modernización de los sistemas educativos como para el funcionamiento competitivo de la industria una interrelación mayor. Esta es una relación problemática debido a los distintos objetivos y las distintas racionalidades de ambos sistemas (Gallart 1985). Tanto en este tema como en el anterior, la articulación a nivel de sectores económicos y regionales puede ayudar a una mayor coordinación.
El tercer tema, referido a las consecuencias del MERCOSUR en los mercados de trabajo, no permite una mayor elaboración pues no existe información ni están establecidas las etapas lo suficientemente definidas en la integración del MERCOSUR como para intentar pronósticos. Sin embargo, los datos presentados anteriormente sobre la migración de trabajadores permite señalar la importancia de efectuar una tarea trasnacional por parte de las instituciones de formación profesional teniendo en cuenta los posibles flujos migratorios que podrían generarse.
El otro aspecto importante, que se podría prever desde ya, es un acuerdo sobre contenidos mínimos de la educación técnica y la formación profesional en los diversos países, de manera de permitir la circulación de alumnos y la equivalencia de las habilitaciones. Finalmente, en los dos sectores del mercado de trabajo, se podrían ir planteando acciones en conjunto. Con respecto al sector integrado, un seguimiento de los procesos de integración de las empresas y sus necesidades e iniciativas de capacitación. Con respecto al sector no integrado, su naturaleza en cada país puede ser muy diferente, pero las habilidades básicas para desempeñarse pueden no serlo tanto, la investigación comparativa y la cooperación técnica entre ONGs e instituciones de formación profesional es central para avanzar en este aspecto aún relativamente inexplorado.
La extensión de la educación básica y general, cuyas características específicas exceden los límites de este trabajo, resulta condición necesaria pero no suficiente de esa educación para todos desde el punto de vista del trabajo, es importante entonces plantearse la especificidad de la educación para el trabajo. En este aspecto, hay tres temas que superando las especificidades de cada país merecen una reflexión particular: 1) la articulación y organización de la educación técnica y la formación profesional; 2) la relación entre organizaciones educativas, formales y paraformales, y el sector productivo; y 3) el último tema, que más que un tema es un interrogante, es cuál será la consecuencia de la integración del MERCOSUR para toda la problemática global aquí planteada, más allá del intercambio entre países y la adecuación de los sistemas de formación individuales.
En cuanto al primer tema, la superación del paralelismo y la superposición entre la educación técnica y la formación profesional es una exigencia para la mejor utilización de los recursos y una respuesta más adecuada a los desafíos. Tres condiciones aparecen como centrales para esa superación, la primera es el reconocimiento de una tarea común por encima de la competencia entre organizaciones y la necesaria adaptación de esas superestructuras a esa tarea. La segunda, se refiere a la necesidad de tomar conciencia de las limitaciones de la educación formal y de la educación no formal. En este sentido no se le puede pedir ni a un currículum formal que dura varios años que se modifique constantemente para adaptarse a los cambios del mercado de trabajo, como tampoco a la educación no formal que brinde una formación básica polivalente. La articulación entre formación científico-tecnológica en grandes áreas de conocimiento, con cursos modulares fácilmente reemplazables y cambiantes aparece como una solución posible. La tercera condición es la de aprovechar la experiencia pedagógica e institucional de las unidades de enseñanza existentes (escuelas técnicas y centros de formación), buscando su articulación y el mejor aprovechamiento del equipamiento y de los recursos humanos, así como también mejorando el apoyo técnico. La potenciación de estructuras locales y regionales que integren educación formal y no formal para el trabajo puede ser una manera de superar la rivalidad y superposición de las grandes organizaciones nacionales.
Respecto a la segunda gran temática, la articulación entre instituciones educativas formales y no formales y organizaciones productivas, la tradición latinoamericana muestra en general una relativa independencia en el desarrollo de ambos sistemas. Las circunstancias actuales exigen tanto para la modernización de los sistemas educativos como para el funcionamiento competitivo de la industria una interrelación mayor. Esta es una relación problemática debido a los distintos objetivos y las distintas racionalidades de ambos sistemas (Gallart 1985). Tanto en este tema como en el anterior, la articulación a nivel de sectores económicos y regionales puede ayudar a una mayor coordinación.
El tercer tema, referido a las consecuencias del MERCOSUR en los mercados de trabajo, no permite una mayor elaboración pues no existe información ni están establecidas las etapas lo suficientemente definidas en la integración del MERCOSUR como para intentar pronósticos. Sin embargo, los datos presentados anteriormente sobre la migración de trabajadores permite señalar la importancia de efectuar una tarea trasnacional por parte de las instituciones de formación profesional teniendo en cuenta los posibles flujos migratorios que podrían generarse.
El otro aspecto importante, que se podría prever desde ya, es un acuerdo sobre contenidos mínimos de la educación técnica y la formación profesional en los diversos países, de manera de permitir la circulación de alumnos y la equivalencia de las habilitaciones. Finalmente, en los dos sectores del mercado de trabajo, se podrían ir planteando acciones en conjunto. Con respecto al sector integrado, un seguimiento de los procesos de integración de las empresas y sus necesidades e iniciativas de capacitación. Con respecto al sector no integrado, su naturaleza en cada país puede ser muy diferente, pero las habilidades básicas para desempeñarse pueden no serlo tanto, la investigación comparativa y la cooperación técnica entre ONGs e instituciones de formación profesional es central para avanzar en este aspecto aún relativamente inexplorado.