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Contexto de la Educación para el Trabajo
Colección: INTERAMER
Número: 31
Año: 1994
Autor: María Antonia Gallart
Título: La Educación para el Trabajo en el MERCOSUR
I. Aspectos demográficos
Los países que componen el MERCOSUR son en términos demográficos marcadamente diferentes. De los cuatro, Argentina y Uruguay son los que más se asemejan, ya que como se verá a continuación tienen una población fundamentalmente urbana, una estructura por edad relativamente envejecida y una esperanza de vida al nacer más elevada.
La población en el conjunto de los cuatro países es en 1990 de poco más de 190 millones de personas (cuadro 1).1 Brasil es el país que concentra a la enorme mayoría de dicha población (80%), seguido por Argentina, aunque con una participación relativa bastante inferior (17%). Tanto Paraguay como Uruguay participan con una proporción minoritaria (2,2% y 1,6%, respectivamente).2
En relación a las pautas de residencia, Argentina y Uruguay son los países que muestran una mayor proporción de población residente en áreas urbanas (86% y 89%); Brasil se encuentra en una situación intermedia (74%), mientras que Paraguay todavía permanece siendo un país predominantemente rural (la proporción de población en áreas rurales es del 53%). El nivel de urbanización de los diferentes países obviamente tiene consecuencias sobre otra serie de variables demográficas como la estructura por edad, el nivel educativo, la esperanza de vida al nacer, etc.
En cuanto a la estructura por edad de la población residente en los países del MERCOSUR (cuadro 1), son las de Argentina y de Uruguay las que muestran una población más envejecida, las de Brasil y Paraguay se encuentran en una situación opuesta.
La proporción de jóvenes en los distintos contextos tiene cierta relevancia ya que está determinando la presión que ejercen tanto sobre el sistema educativo como sobre el productivo. En este sentido dicha presión es muy inferior en Uruguay y Argentina, donde la proporción de población menor de 15 años es del 26% en el primer caso y del 30% en el segundo; mientras que en Paraguay alcanza al 40% y en Brasil al 35%.3
Las estructuras más envejecidas de las poblaciones de Uruguay y de Argentina se encuentran vinculadas, entre otras variables, a la esperanza de vida al nacer. Dicho indicador refleja de manera indirecta las condiciones socioeconómicas en que vive la población. Es Uruguay el país que posee una expectativa de vida más alta seguido por Argentina, Paraguay y por último Brasil (72, 71, 67 y 65 años respectivamente) (CELADE 1991b). Cabe señalar que dicha expectativa se vio incrementada en todos los países respecto de la que existía en el período 1970-75 aunque los incrementos ocurridos fueron de diferente magnitud y significación según los países. Fue en Brasil donde la esperanza de vida creció más durante dicho período, seguida por Uruguay, Argentina y por último Paraguay.
La constitución del MERCOSUR podrá llegar a tener impactos en los flujos migratorios entre los países. Resulta de interés señalar, por lo tanto, cual es la situación actual en cuanto a la migración de personas entre los mismos (cuadro 2). Los datos referidos a las migraciones muestran cuáles son los principales países que atraen actualmente a la población proveniente de los otros que integran el tratado y cuáles son algunas de las características de dichos migrantes.
Argentina es el país que tiene la mayor proporción de personas nacidas en el extranjero (6,6%), seguida por Paraguay (5,0%), Uruguay (3,4%) y por último Brasil (0,3%). Pero ¿cuál es la representación de los migrantes provenientes del MERCOSUR en cada uno de estos países?. En Paraguay, la abrumadora mayoría de los migrantes provienen del MERCOSUR (85,6%), especialmente de Brasil (dos tercios de ellos) y en mucha menor medida (menos de un tercio) de la Argentina. En Uruguay, el 32,6% de los extranjeros ha nacido en los países del MERCOSUR, y provienen en primer lugar de la Argentina (más de la mitad) y en segundo lugar de Brasil (poco más de un tercio). Por último, en la Argentina, la participación de migrantes nacidos en los países del tratado, en el conjunto de los migrantes, es del 22,1% y son mayoritariamente (63%) paraguayos y en segundo lugar uruguayos (27%). Cabe señalar que en Brasil, no sólo la proporción de extranjeros es muy baja (1%) sino que también la de los nacidos en el MERCOSUR (6%) es muy inferior a las proporciones recién señaladas.
En cuanto a las características de los migrantes es interesante señalar que sus niveles de educación varían no sólo en función del punto de partida (país de origen) sino según el punto de llegada (país en el que residen actualmente) (CELADE 1989). De las corrientes más relevantes recién señaladas, puede remarcarse que Paraguay recibe brasileros con muy bajos niveles educativos (las tres cuartas partes no han completado cuatro años de escolaridad) en cambio, los argentinos que también residen en el Paraguay tienen niveles educativos mucho más elevados. En el caso de Uruguay los migrantes son algo más educados (aunque nuevamente los perfiles de los argentinos son más educados que los de los brasileños). Por último, en Argentina los paraguayos (que como se dijera, tienen la mayor participación dentro del conjunto de migrantes del MERCOSUR) si bien no tienen niveles educativos elevados, resultan algo más instruidos que los migrantes provenientes del Brasil pero se encuentran en situación deficitaria respecto de los uruguayos que residen en Argentina.4
Interesa también considerar la inserción económica que estos migrantes tienen en el país de destino; como se verá, ésta es muy diferente y los factores que están actuando en ella son además de la estructura económica del país receptor y de la historia laboral de los propios migrantes, su nivel educativo y la estructura educativa del país al que estos migrantes llegan.
En Argentina, los trabajadores paraguayos (son 128.719) se insertan principalmente en tres sectores construcción, comercio e industria, absorbiendo un 25% cada uno de ellos y la mitad se desempeña como obreros; los trabajadores uruguayos (son 48.927) también se insertan principalmente en tres sectores industria, comercio y servicios, participando cada uno de ellos también con un 25% pero mirando las ocupaciones se observa que hay entre ellos menos obreros (un tercio) y adquieren significación los empleados y vendedores. En Paraguay, los brasileros (que son 40.302) se desempeñan principalmente (dos tercios) en la agricultura; los argentinos (son 11.427) se insertan poco más de un cuarto en agricultura y otro tanto en servicios. Finalmente, en Uruguay los argentinos (que son 7.155) se insertan en los servicios, una tercera parte, y en la industria, una cuarta parte, y las ocupaciones que desempeñan son propias de sectores sociales medios (profesionales, vendedores y empleados); los brasileros (son 5.633) se insertan de manera similar pero una quinta parte se desempeña en la agricultura y por otra parte sus ocupaciones parecen ser menos calificadas (artesanos, agricultores y domésticos) (CELADE 1989).
El panorama presentado anteriormente señala las diferencias que pueden encontrarse entre los distintos países y que repercuten, tanto en el peso relativo que cada uno de ellos tiene en el MERCOSUR, cuanto en las diferencias de la demanda social por educación y el tipo de poblaciones a capacitar. Es de tener en cuenta el mayor peso relativo del Brasil, y en menor medida de la Argentina, así como las diferencias en cuanto al grado de urbanización. En relación a este último aspecto, debe señalarse la importancia cuantitativa de las poblaciones rurales en Paraguay y, en menor medida en Brasil, por lo tanto la necesidad de contar con una política educativa para el sector rural (IPEA 1990). Lo mismo puede decirse en relación a la elevada participación relativa de los jóvenes en el conjunto de la población en esos dos países. Finalmente, en los aspectos migratorios, Argentina sigue siendo el país fundamentalmente receptor de los países vecinos de menor población relativa y si bien esta participación no es alta dentro del mercado de trabajo argentino, sí puede serlo en los países de origen (Paraguay y Uruguay).
Los países que componen el MERCOSUR son en términos demográficos marcadamente diferentes. De los cuatro, Argentina y Uruguay son los que más se asemejan, ya que como se verá a continuación tienen una población fundamentalmente urbana, una estructura por edad relativamente envejecida y una esperanza de vida al nacer más elevada.
La población en el conjunto de los cuatro países es en 1990 de poco más de 190 millones de personas (cuadro 1).1 Brasil es el país que concentra a la enorme mayoría de dicha población (80%), seguido por Argentina, aunque con una participación relativa bastante inferior (17%). Tanto Paraguay como Uruguay participan con una proporción minoritaria (2,2% y 1,6%, respectivamente).2
En relación a las pautas de residencia, Argentina y Uruguay son los países que muestran una mayor proporción de población residente en áreas urbanas (86% y 89%); Brasil se encuentra en una situación intermedia (74%), mientras que Paraguay todavía permanece siendo un país predominantemente rural (la proporción de población en áreas rurales es del 53%). El nivel de urbanización de los diferentes países obviamente tiene consecuencias sobre otra serie de variables demográficas como la estructura por edad, el nivel educativo, la esperanza de vida al nacer, etc.
En cuanto a la estructura por edad de la población residente en los países del MERCOSUR (cuadro 1), son las de Argentina y de Uruguay las que muestran una población más envejecida, las de Brasil y Paraguay se encuentran en una situación opuesta.
CUADRO 1
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Países del MERCOSUR clasificados
según
variables demográficas seleccionadas |
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Variables Demográficas | Argentina | Brasil | Paraguay | Uruguay |
Población total (en miles) 1990* | 32.322 | 150.368 | 4.277 | 3.094 |
% sobre población Mercosur | 17.0 | 79.1 | 2.2 | 1.6 |
Porcentaje población urbana 1990** | 85.9 | 73.9 | 47.4 | 88.8 |
Población según grupos de edad (1990)* | 100.0 | 100.0 | 100.0 | 100.0 |
0-14 | 29.9 | 35.2 | 40.4 | 25.8 |
15-64 | 61.0 | 60.2 | 56.0 | 62.6 |
65 y más | 9.1 | 4.6 | 3.6 | 11.6 |
Porcentaje de población nacida en el extranjero sobre total de población*** |
6.6 | 0.9 | 5.0 | 4.5 |
Porcentaje de población nacida en países del Mercosur sobre total de población*** |
1.5 | 0.0 | 4.3 | 1.2 |
Porcentaje de población nacida en países del Mercosur sobre total de migrantes*** |
22.2 | 5.9 | 85.6 | 26.6 |
Fuentes: *CELADE 1991b; **CELADE 1991a; y ***CELADE 1989. |
La proporción de jóvenes en los distintos contextos tiene cierta relevancia ya que está determinando la presión que ejercen tanto sobre el sistema educativo como sobre el productivo. En este sentido dicha presión es muy inferior en Uruguay y Argentina, donde la proporción de población menor de 15 años es del 26% en el primer caso y del 30% en el segundo; mientras que en Paraguay alcanza al 40% y en Brasil al 35%.3
Las estructuras más envejecidas de las poblaciones de Uruguay y de Argentina se encuentran vinculadas, entre otras variables, a la esperanza de vida al nacer. Dicho indicador refleja de manera indirecta las condiciones socioeconómicas en que vive la población. Es Uruguay el país que posee una expectativa de vida más alta seguido por Argentina, Paraguay y por último Brasil (72, 71, 67 y 65 años respectivamente) (CELADE 1991b). Cabe señalar que dicha expectativa se vio incrementada en todos los países respecto de la que existía en el período 1970-75 aunque los incrementos ocurridos fueron de diferente magnitud y significación según los países. Fue en Brasil donde la esperanza de vida creció más durante dicho período, seguida por Uruguay, Argentina y por último Paraguay.
La constitución del MERCOSUR podrá llegar a tener impactos en los flujos migratorios entre los países. Resulta de interés señalar, por lo tanto, cual es la situación actual en cuanto a la migración de personas entre los mismos (cuadro 2). Los datos referidos a las migraciones muestran cuáles son los principales países que atraen actualmente a la población proveniente de los otros que integran el tratado y cuáles son algunas de las características de dichos migrantes.
Argentina es el país que tiene la mayor proporción de personas nacidas en el extranjero (6,6%), seguida por Paraguay (5,0%), Uruguay (3,4%) y por último Brasil (0,3%). Pero ¿cuál es la representación de los migrantes provenientes del MERCOSUR en cada uno de estos países?. En Paraguay, la abrumadora mayoría de los migrantes provienen del MERCOSUR (85,6%), especialmente de Brasil (dos tercios de ellos) y en mucha menor medida (menos de un tercio) de la Argentina. En Uruguay, el 32,6% de los extranjeros ha nacido en los países del MERCOSUR, y provienen en primer lugar de la Argentina (más de la mitad) y en segundo lugar de Brasil (poco más de un tercio). Por último, en la Argentina, la participación de migrantes nacidos en los países del tratado, en el conjunto de los migrantes, es del 22,1% y son mayoritariamente (63%) paraguayos y en segundo lugar uruguayos (27%). Cabe señalar que en Brasil, no sólo la proporción de extranjeros es muy baja (1%) sino que también la de los nacidos en el MERCOSUR (6%) es muy inferior a las proporciones recién señaladas.
CUADRO 2
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Países del MERCOSUR: Distribución
porcentual
de los migrantes según lugar de nacimiento |
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País de Residencia | ||||
País de nacimiento | Argentina | Brasil | Paraguay | Uruguay |
Total | 1,857.703 100.0 |
1,110.910 100.0 |
169.140 100.0 |
131.800 100.0 |
Argentina | -- | 2.4 | 25.8 | 14.5 |
Brasil | 2.3 | -- | 58.4 | 10.9 |
Paraguay | 14.0 | 1.9 | -- | 1.2 |
Uruguay | 5.9 | 1.9 | 1.4 | -- |
Otros países | 77.8 | 94.1 | 13.4 | 73.4 |
Fuente: CELADE 1989. |
En cuanto a las características de los migrantes es interesante señalar que sus niveles de educación varían no sólo en función del punto de partida (país de origen) sino según el punto de llegada (país en el que residen actualmente) (CELADE 1989). De las corrientes más relevantes recién señaladas, puede remarcarse que Paraguay recibe brasileros con muy bajos niveles educativos (las tres cuartas partes no han completado cuatro años de escolaridad) en cambio, los argentinos que también residen en el Paraguay tienen niveles educativos mucho más elevados. En el caso de Uruguay los migrantes son algo más educados (aunque nuevamente los perfiles de los argentinos son más educados que los de los brasileños). Por último, en Argentina los paraguayos (que como se dijera, tienen la mayor participación dentro del conjunto de migrantes del MERCOSUR) si bien no tienen niveles educativos elevados, resultan algo más instruidos que los migrantes provenientes del Brasil pero se encuentran en situación deficitaria respecto de los uruguayos que residen en Argentina.4
Interesa también considerar la inserción económica que estos migrantes tienen en el país de destino; como se verá, ésta es muy diferente y los factores que están actuando en ella son además de la estructura económica del país receptor y de la historia laboral de los propios migrantes, su nivel educativo y la estructura educativa del país al que estos migrantes llegan.
En Argentina, los trabajadores paraguayos (son 128.719) se insertan principalmente en tres sectores construcción, comercio e industria, absorbiendo un 25% cada uno de ellos y la mitad se desempeña como obreros; los trabajadores uruguayos (son 48.927) también se insertan principalmente en tres sectores industria, comercio y servicios, participando cada uno de ellos también con un 25% pero mirando las ocupaciones se observa que hay entre ellos menos obreros (un tercio) y adquieren significación los empleados y vendedores. En Paraguay, los brasileros (que son 40.302) se desempeñan principalmente (dos tercios) en la agricultura; los argentinos (son 11.427) se insertan poco más de un cuarto en agricultura y otro tanto en servicios. Finalmente, en Uruguay los argentinos (que son 7.155) se insertan en los servicios, una tercera parte, y en la industria, una cuarta parte, y las ocupaciones que desempeñan son propias de sectores sociales medios (profesionales, vendedores y empleados); los brasileros (son 5.633) se insertan de manera similar pero una quinta parte se desempeña en la agricultura y por otra parte sus ocupaciones parecen ser menos calificadas (artesanos, agricultores y domésticos) (CELADE 1989).
El panorama presentado anteriormente señala las diferencias que pueden encontrarse entre los distintos países y que repercuten, tanto en el peso relativo que cada uno de ellos tiene en el MERCOSUR, cuanto en las diferencias de la demanda social por educación y el tipo de poblaciones a capacitar. Es de tener en cuenta el mayor peso relativo del Brasil, y en menor medida de la Argentina, así como las diferencias en cuanto al grado de urbanización. En relación a este último aspecto, debe señalarse la importancia cuantitativa de las poblaciones rurales en Paraguay y, en menor medida en Brasil, por lo tanto la necesidad de contar con una política educativa para el sector rural (IPEA 1990). Lo mismo puede decirse en relación a la elevada participación relativa de los jóvenes en el conjunto de la población en esos dos países. Finalmente, en los aspectos migratorios, Argentina sigue siendo el país fundamentalmente receptor de los países vecinos de menor población relativa y si bien esta participación no es alta dentro del mercado de trabajo argentino, sí puede serlo en los países de origen (Paraguay y Uruguay).